viernes, 23 de marzo de 2018

MUTE: Análisis

Como estoy paupérrimo, parece que últimamente sólo comento películas de Netflix. Nada más lejos de la realidad, pero si traigo Mute a la palestra es porque es una cinta que esperaba desde hace años y en la cual tenía puestas muchas esperanzas. Si la hubiesen estrenado en el cine, allá que hubiese ido.

Pero ha dado el salto a la plataforma digital. Por si alguno aún se lo pregunta o la desconoce: Qué es MUTE? Pues es la última película del que para mí era un gran cineasta pero cuya carrera veo que últimamente va dando algunos tumbos. Duncan Jones, el hijo de David Bowie. 



Duncan nos regaló en 2009 la excelentísima Moon, con un Sam Rockwell en estado de gracia. Luego me sorprendió cosa mala con el thriller de ciencia ficción Código Fuente. De repente, torció hacia el blockbuster con Warcraft, el origen. La cual ni aún siendo fan de los primeros juegos de Blizzard, me convenció. Más bien me dejó muy frío. Por eso esperaba con tanta gana este Mute, porque antes de Warcraft, Jones ya había presentado algún concept art de lo que aparentemente tenía aires de peli noir futurista a lo Blade Runner. Y me encajaba completamente con el director. Pero de nuevo, ha sido un poco un zas! En toda la cara.

 Le achacamos esto a que la época en que Mute fue concebida ha sido una etapa dura en la vida de Duncan Jones, debido a la lucha de su mujer contra el cancer o a la muerte de su padre? Podría ser que hayan quedado cicatrices en su espíritu y eh, es un artista y esas cosas se notan. MUTE debería haber sido una magnífica obra. Y al mismo tiempo, ya puestos, el modo de redimirse de Warcraft. Porque ya digo, Jones le ha dedicado mucho tiempo y pasión a esta criatura suya. Pero no ha sido así.

 

Analicemos los problemas de esta película. El primero y más grave tiene nombre y apellidos y se llama Alex Skarsgard. Sí, ya lo siento, pero este gigantón que hace de amish mudo de esos que pierden las cuerdas bocales porque una lancha les rebana el cuello, no transmite. La búsqueda de su novia Naadirah, desaparecida en el Berlín del año 2058 se convierte en una llenísima y aburrida secuencia de miradas, respiraciones y gestos acartonados que nada transmite y que curiosamente te sume en el sopor. Y es una pena porque el personaje en sí mola y como inamginaréis, sus tradiciones amish contrastan sobremanera con el mundo noir futuro de neones en el que se desarrolla la historia. Mientras los coches vuelan, Leo usa un viejo mercedes, talla en madera, dibuja en una libreta, viste como a principios del siglo XX frente a los trajes sintéticos de sus congéneres. Le vemos aprender a conducir, usar un móvil por primera vez o tratar de sacar su primer selfie. Pero no se le saca más partido que ese. 



Menos mal que hay una pareja de militares norteamericanos, Cactus y Pato, interpretados por Paul Rudd y Justin Thieroux, que levantan el tono de la peli con diálogos socarrones y un cierto humor negro. Pero tampoco lo levantan tanto. Y encima, la diferencia de ritmo entre la historia de Leo, el personaje de Skarsgard y la trama de estos dos, hace que la peli trastabille por momentos. El caso es que resulta molón, eso sí, ver al buenazo de Paul Rudd que parece que nunca ha roto un plato en el que quizás sea su primer papel de malote. Un personaje gris, porque estos dos ex militares eran cirujanos de guerra en Afganistan y Cactus (el cirujano con nombre de super nena) tiene aún una cierta moral, muy pervertida y siniestra, pero la tiene, aseo como el amor por su hija. En el caso de Theroux, interpreta a Pato, uno de esos personajes que tienen algo creepy que no llegas a detectar pero que te ponen los pelos de punta. Un tío de esos que son mu majos, que sabes que tienen un lado muy oscuro, pero que no llegas a saber qué ocultan.

Volviendo a Leo, lo cierto es que últimamente hemos visto detectives futuristas de muchas clases en pelis como Blade Runner o series como Altered Carbon, pero nunca un ilustrador amish mudo que se patee las calles en busca de su amada, camarera como él en un club del Berlin futuro (con drones que reparten comida y que son el sueño húmedo de Amazon). Un club en el cual algunos le ponen las manos encima a la moza, una cosa lleva a la otra, violencia gratuita y chica desaparecida. Por cierto, tristemente desaparecida porque era otro personaje misterioso bien interesante. Poco más.

Lo dicho, un sinsentido un poco random, dos horas y seis minutos de idas y venidas por una oscura Berlín futurista demidecadente y repleta de burdeles en las que lo único que quieres es que el prota no aparezca o que cuando lo hace diga algo. Ves? Eso no pasaba con la forma del agua.

Si hubiese funcionado como debía, Mute habría sido el mejor ejemplo de que el mecanismo Netflix que permite un cine de autor potente, funciona. Pero Bright, Cloverfield Paradox, Mute y Annihilation… demuestran que algo falla. Viejos guiones que acumulan polvo en un cajón porque todo Dios los rechazó están teniendo su oportunidad gracias a la plataforma de pago? Espero que no.

martes, 20 de marzo de 2018

Secret of Mana: Análisis

Secret of mana es un arma de doble filo. Por un lado, parte del hecho de que, quitando la saga Final Fantasy, es el primer RPG de Square digno de un remake. Habiendo debutado en el verano del 93 para Super Nintendo, en seguida fue un éxito de masas. Así, antes de su inclusión el pasado año como parte del catálogo de la hornada de juegos de la SNES mini, es natural que Square se plantease el remake de una de las joyas de su corona. En teoría esto tendría que gustar a los que somos de la old school, pero también a las nuevas generaciones. En teoría…

El Secret of Mana de 2018 comienza como lo hiciese hace 25 años. Con una pantalla en negro y un logo sencillo en blanco que luego nos muestra a los tres héroes del juego, minúsculos frente a un colosal árbol. La música orquestal sube de volumen y nos prepara para el viaje. Es la misma melodía de Hiroki Kikuta que ya sonase en el 93, pero comparada con la música sintetizada de los 16 bits, suena épica.

 

Después, el juego comienza y muchos gamers, adaptados ya a la nueva generación de consolas y casi a la espera ya de la siguiente, se sienten decepcionados. Los gráficos… los gráficos están… bien. Son 3D, sin duda. Una mejora con respecto a los píxeles de antaño. Pero no es el 3D al que nos tiene acostumbrado Square. Esto no es un Final Fantasy. Los personajes son sencillotes, no mueven los labios al hablar en las cinemáticas, a veces se superponen unos a otros, fundiéndose sus polígonos… casi como si fuese un juego de la PS2. Pero muy limpio, eso sí. El motor gráfico del juego no va a forzar vuestras PS4. Ni siquiera vuestras PS VITA.

Pero no nos equivoquemos. Para mí, precisamente un error en el que ha caído mucho RPG reciente es en el volcarse en la belleza estética (que SOM la tiene, ojo, a su manera) y olvidarse de la historia o de la mecánica de juego. Aquí la aventura y los personajes, el espadachín Randi, la valiente Prim y el pícaro elfo Popoi, funcionan a las mil maravillas y hacen las delicias del jugador amante de los juegos de rol en estado puro, como ya lo hicieran en los 90. La historia no es lineal. No se trata de pasar una misión tras otra. Hay objetivos, sí, pero vuelves a disfrutar de esos mapas en los que te pierdes, de esas mazmorras interminables, de los monstruos puñeteros que invaden la zona… RPG en estado puro.

Y luego, los detallitos. Todos los diálogos, TODOS, están doblados, tanto al inglés, como al japonés. Yo prefiero las voces niponas por ejemplo que van muy con la estética anime del juego. Y traducidos y localizados al más puro castellano, claro, con expresiones como Churri, nasti de plasti y similares, acorde con el modo de hablar de cada personaje. Además, Square nos da la opción de jugar con los nuevos arreglos musicales o con la banda sonora de la Supernintendo.

La historia no ha cambiado. Randi por cosas del azar encuentra una espada mágica, pero al sacarla del río, desata terribles bestias movidas por la magia del Maná. Por eso es expulsado de su pueblo y emprende un viaje para acabar con estas criaturas y con su problema de una vez y para siempre. Uno de los grandes aciertos del juego es que si juegas con dos amigos más, puedes controlar a los 3 personajes en cooperativo. Si juegas sólo, te siguen automáticamente y atacan según les estipules, pero con amigos, las estrategias, la exploración, el combate… todo se vuelve mucho más dinámico y divertido.

Contras: A nivel gráfico lo dicho. Esos personajes superponiéndose y con un 3D un poco básico aunque supernítido y que fluye a velocidad de vértigo. A nivel de juego, los menús de inventarios son un poco desastre y hacerse con ellos lleva un rato. Sobretodo cuando en batalla tienes que manejarte a toda prisa. No seré el primero que le de al icono de cubo de basura por error y borre el inventario… 

Mejoras: El auto guardado que no tenía la versión del 93 y lo hacía bastante más puñetero. Y un diario de juego que te da indicaciones sobre dónde ir a continuación, porque anda que no me he recorrido yo bosques entre Pandora y el ombligo de Gaia p’alante y p’atrás. No digo nada cuando dispones de tu dragón personal para moverte más rápido por el vasto mundo. 

El minimapa es un detallazo, porque aunque todo es en 3D, el minimapa te muestra el entorno conservando los escenarios pixelados originales.

En definitiva: Los puristas van a estar más a gusto y a alimentar su nostalgia mejor con la versión HD de la Supernintendo Mini. Para ellos, no hay mejoras suficientes que justifiquen la compra de este título. Para los que se inicien en Secret of Mana, que no hagan caso a los gruñones viejóvenes. Este RPG tiene la magia de los títulos de antaño que yo tanto echo de menos. Son 30 horas de puro gozo. Y además tiene una narrativa que pasa de positiva y colorida a sorprendentemente terrorífica y oscura. Puede que se de el efecto Aerith por aquí.

No digo más. Secret of mana es el juego que era y un poquito más. Podría haber sido mucho más dadas las capacidades de las consolas en 2018? Pufff, ya ves. Aún y con ello, es una aventura memorable.

domingo, 18 de marzo de 2018

Dragon Ball FighterZ: Análisis

Quien no conoce Dragon Ball? Manga, anime, merchandising… y videojuegos. Unos legendarios, otros infames. Este Dragon Ball Fighterz, al menos para los fans de la franquicia, es de los primeros. Juegazo que tenía un hype de un año casi.

Los juegos más recientes de Xenoverse parece que estaban dejando un buen sabor de boca, pero claro, no eran juegos de lucha 100% y hay quien pedía este fighterz a gritos. Lo difícil es que claro, este género tiene grandes como Street Figher, Marvel vs Capcom, Mortal Kombat, Tekken, Injustice… y es difícil hacerse un hueco.

Pero claro, este FighterZ lo ha logrado. Cómo? Pues precisamente cumpliendo con las exigencias de dos perfiles de jugadores esenciales. Los fans de la saga y los más jugones de la casa. Es una pasada.

El primer juego de lucha de bola de dragon que de verdad hace que te sientas en una batalla salida de la cabeza de Toriyama. Los personajes, los gráficos, las voces, las técnicas… es una pasada. Y la velocidad a la que se desarrolla todo…

El juego lo han creado Bandai Namco y Arc System Works que ya se encargasen en su día del Extreme Butoden para nintendo 3Ds y es básicamente un 3 contra 3 en 2D… y media.

Al principio del juego te conecta a un servidor y entras en una sala de juego donde manejas un personaje superdieformed y te vas moviendo de una zona a otra del mapa para acceder a las diversas funcionalidad del juego. El combate local, el combate contra un compi del servidor, la tienda, la torre de batalla, los combates mundiales, la zona arcade, la zona de repeticiones o el modo historia.
 

El modo historia por ejemplo mola. Cronológicamente podría estar después de Super porque aparecen personajes de ésta, pero bueno, como algunos OVAs de la franquicia, queda un poco fuera de la linea temporal oficial, así que se permite sus licencias. La cosa es que tu alma se mete en el cuerpo de Goku. Una maquina ha generado ondas que debilitan a los luchadores de la banda Z. Aparecen clones de ellos y sus enemigos atacando la ciudad. Regresa Célula, un nuevo C16 y una investigadora de la Red Ribbon que parece estar detrás de todo esto… Hasta un nuevo personaje creado a propósito para ese juego y que sería perfecto para la serie. Muy chulo, y muy util para ir aprendiendo la mecánica de las batallas. Es un tutorial entretenidísimo y didáctico. Empiezas con Gokuh y vas recorriendo el mundo en la nave de Bulma recuperando a tus amigos y creando tu equipo batalla tras batalla, pero hay un momento en que te aburres de tanta batalla inútil contra clones. En fin. Pero las animáticas se salen y las voces originales de los seiyuus japoneses han que parezca que estás viendo una nueva historia de Dragon Ball.

De primeras tenemos 20 personajes de lo más dispar y con técnicas o estilos de lucha diferente. Por ejemplo Hit o Nappa son muy físicos, Gotenks o Gohan de pequeño son super ágiles y atacan genial a distancia, Freezer es ultra versatil, Gokuh black una bestia parda… se nota cuales son mis favoritos… Por cierto, algo que nunca había apreciado antes en juegos de Dragon Ball… el tamaño desmesurado de algunos personaje y sus escalas. C16, o Nappa son enormes y se mueven en consonancia. Y no veáis cuando salga Broly.

Lo malo (a la par que lo bueno) es que en seguida te haces con las 15 combinaciones de ataques que puedes emplear con todos los personajes. Cada uno reaccionará de un modo, pero es muy fácil manejarlos, algo que en títulos como Injustice a mí me desesperaba. Esto, no obstante, puede tocarle los kinder a los más jugones del lugar, a los amantes del género de lucha que adoran los retos, las complicaciones y que haya mucha diferencia entre el manejo de un personaje y otro. La verdad es que el juego está pensado para que cualquiera pueda jugarlo… y ganar. Porque el botoneo también vale y los autocombos existen. Da rabia, pero es así. Es como cuando juegas al futbolín y le dices a los amigotes que no vale darle vueltas como locos a la barra, que hay reglas. Pues aquí igual. Yo con mis amigos lo hago así. Tenemos que poner reglas. No vale botonear en modo hiperactivo. Hay que currarse los combos y luchar con estilo, estrategia y epicidad. Gokuh puede ganar por ejemplo a patada limpia o lanzando bolitas de energía, pero lo que mola es cargar la barra de ki al máximo, tele portarse, convertirse en supersaiyan 3 y hacer un kamehameha brutal haciendo que tu enemigo vuele y atraviese tres montañas.

El juego es super dinámico. A veces no sabes lo que está pasando o hay 4 o 5 personajes en pantalla, algunos no jugables. No se puede volar, pero eso dinamiza mucho las batallas. Yo odiaba algunos tenkaichi budokai con escenarios casi infinitos donde volabas y te ibas a 10 km de tu rival. Y se hacían lentisimos y horribles las batallas. Muy diferentes a la velocidad de los combates de la serie. 



Por cierto, en medio de las batallas se pueden recolectar bolas de dragon según consigues hitos e invocar a Shenron que te da uno de tres deseos. Rellenar tu vida, resucitar a un aliado o ser inmortal. Los gráficos son espectaculares y ayudan mucho. Ya digo, el equipo de animación ha sido super fiel al material original y te sientes dentro de la serie. No os digo nada ya si te gastas las perritas y te compras el pack de audios del anime. Los pelos de punta.

Las expresiones, las actitudes y las frases encajan perfectamente con cada personaje. Mola mucho la interactividad del juego que apreciamos por ejemplo en la intro de cada combate y que se customicen las frases con que los personajes retan a sus rivales en función de a quien se enfrenten. Por ejemplo Gohan VS Goku, pues Gohan le dice algo así como “vamos a entrenar papá”. Pero si Gotenks se enfrenta a Goku y Vegeta le dirá algo así como “Los dos sois mi padre”. También hay escenas clásicas como Gohan venciendo a Célula o Freezer haciendo explotar a Krilin y Goku convirtiéndose en super saiyan. O escenas que nunca sucedieron pero te jartas, como Gotenks vacilando a Nappa por no poder convertirse en superguerrero.

Otra cosa genial, detalles como ataques de A18 en los que aparece A17 echándole una mano, o Gohan que es acompañado por su padre en su versión infantil al hacer un kamehameha y por Gotenks en la versión adulta de Gohan. O Gokuh Black que es ayudado por Zamasu en algunas técnicas especiales.

Contras: Pues lo típico. Esperamos como locos nuevos DLCs con más personajes. En unos días tendremos por ejemplo a Bardock y Broly. Pero ahora tras DB super, pueden aparecer hasta un centenar de personajes. Que no tarden. El caso es ese, la pasta. Desbloquear personajes, los DLCs, la música del anime… todo vale mucho. De hecho el juego está en tres versiones y la completa vale más de 100 euros. Es un poco disloque. Aún y con eso, eso un disfrute absoluto. Probar todos los personajes, todas las técnicas, todos los modos de juego… es una experiencia Dragon Ball 200%. Alguno echará en falta Dragon Ball GT. Yo echo de menos a Gokuh de niño. Sería un personajazo, con su nube kinton o un Mr Satan.

sábado, 17 de marzo de 2018

TOMB RAIDER (2018): Análisis

Por dónde empezar? Sinceramente, últimamente empezaba a pensar que soy un apocado al que todo le gusta que con todo se conforma. Pues gracias a Tomb Raider, me he dado cuenta de que no es así. Así que algo de bueno tiene. 



A ver, siendo justos, como peli es mejor que la versión de 2001 de Simon West con Angelina Jolie, pero casi peca de lo mismo, de estar confeccionada a base de fragmentos mal conectados que hacen la narrativa ineficiente y que mataron en su día la franquicia y pueden volver a hacerle mucho daño a esta nueva versión que, descaradamente se presenta como el origen de la leyenda y como punto de partida de una nueva saga.


Fijaos, me recuerda a los cuatro fantásticos, otra franquicia que trata de reescribirse constantemente, que trata de ser una y otra vez una historia de orígenes y que curiosamente no acaba de dar con la tecla correcta.

Con esta Tomb Raider, he tenido la sensación de que la oscarizada Alicia Vikander (para mí lo mejor de la peli), comienza siendo Lara, pero deja de serlo en el segundo cuarto de película y no vuelve a ser reconocible hasta justo antes de los créditos. Una pena porque ya digo, Alicia tiene mucho que aportar.

A ver, cuento con el handicap de haber sido un fanático del remake de este título. De haberlo disfrutado hace unos años con lágrimas en los ojos. De haber sentido miedo, tensión y de haber visto a una chica motivada pero inexperta crecer hasta convertirse en una auténtica aventurera. Esa era la clave del remake en consolas. El origen en sí de Lara, pero no el origen por el origen, sino los acontecimientos que machacan a la cría hasta endurecerla a través de un tremendo viaje de iniciación no carente de sangre, sudor y lágrimas. Qué ha pasado con la cinta de Roar Uthaug? A ver, el director partía de un reto difícil. El de mostrarnos algo distinto al juego a quienes lo disfrutamos en su día, contentándonos a nosotros, pero también a toda una nueva generación de fans de la Croft. Para mí, craso error? Convertir a Lara en una chica dependiente. Al final Lara depende de su padre. Como Jyn Eso estaba atada al suyo en Rogue One o Chunli al suyo en la leyenda de Chunli. Y no hacía falta. Lord Croft sobra totalmente. Lara tiene que valerse por si misma.

En todo caso eché mucho de menos a la tripulación que compartía el buque Endurance y destino con ella en el juego (sam, reyes, Jonah…) y que servía como elemento de apoyo y de motivación para la muchacha. Aquí todo es facilón. Una vez que llega a la isla, donde la historia ha de dar el gran paso, es donde pierde inercia hasta descalabrarse. Lo que decía antes. Lara sufre en la isla. Sí, se mete dos o tres guayas, sangra, grita… pero no crece. No, porque ya comienza formada como una Champion desde el principio. Así que no hay una evolución ni un arco de transformación como el que veíamos en el juego.

Aún y con todo esto (ya me he descargado bastante) la película es entretenida. Entiendo la limitación de tiempo. No podemos construir le personaje de Lara en hora y media como lo hacíamos en 20 horas de juego. Y la limitación de público. La cinta es bastante blanca, pensada por igual para adultos, jugones y niños que conformen una nueva fanbase. El final es un cliffhanger en toda regla. Esperemos que Lara vuelva y que lo haga con fuerza para sorprendernos.

domingo, 11 de marzo de 2018

ANNIHILATION: Análisis

Tras su éxito con EX MACHINA, Alex Garland nos quería deslumbrar trasladando al cine la que muchos decían que era imposible trasladar, premiada novela de Jeff vandermeer, la cual tiene temática y narrativa de difícil transición a la pantalla grande. 

Y aún cuando hace dos años que acabó la producción de Aniquilación, Paramount ha tardado en darse cuenta de esto y se ha asustado cuando el público de prueba ha calificado la película de demasiado intelectual. Ya las pasaron canutas con Mother de Aronofsky, así que para qué arriesgar más. Para qué gastar en distribuir Annihilation a nivel mundial? La estrenamos en USA y en una estrategia similar a la de Cloverfield paradox, se la vendemos a Netflix para que se encargue del resto en la pequeña pantalla.

Y así ha sido. Sin embargo, aunque una rareza, puedo decir que estamos ante un caso muy distinto del de la precuela de Cloverfield o del de la película de Duncan Jones, Mute.

Annihilation presenta una historia más consistente. Íntima y quizás no apta para pantalla grande pero lo era Ex machina? Garland (al que por cierto ahora se atribuye Dredd), siempre ha jugado al mismo juego. Entorno cerrado. Pocos protagonistas. Acontecimientos fantásticos. La fórmula es la misma. A mí me ha recordado al Stalker de Tarkovski, que también presentaba un grupo de personas entrando en una zona alienígena en busca de preguntas y respuestas sobre la condición humana. Aquí, Garland manda a un pequeño grupo de científicas al área X, una zona cerrada donde desde hace años, desde el aterrizaje de un meteorito, se ha creado un suceso extraterrestre llamado The Shimmer.

Esto, que puede parecer chorra al principio, se convierte en un viaje alucinante donde van dándose acontecimientos cada vez más extraños, y esa es la magia del film. Ese punto de tensión constante que nos entra al no saber qué ocurrirá a continuación. Afectará a nuestras protagonistas? Sobrevivirán? Por qué sucede todo esto? Cuál es el origen del misterio? Y la motivación de cada personaje? Garland sabe bien con qué cartas juega y cómo disponerlas sobre el tablero. Creo que sabe jugar con esa tensión, con el misterio y con el horror psicológico versus el más puro y físico. Ese momento disección y ese “oso”.

En definitiva, aunque en ciertos aspectos pueda parecer un popurrí de otros títulos, (hablamos de un grupo de personajes aislados a merced de fuerzas que desconocen y son potencialmente mortales) Aniquilación sigue siendo arriesgada y original. Natalie Portman es lo bastante potente como para mantener nuestra atención.

Y el ritmo de la historia, aunque lento, no es irregular. Es simplemente lento. Pausado. Asfixiante. Inmersivo. Y a la vez distante. Creando cada vez un ambiente más recargado y opresivo, tanto en lo narrativo como en lo visual y lo auditivo. Atentos al montaje de sonido de las escenas finales.

No le auguro continuación. Nunca veremos cómo la historia de Vandermeer sigue en la pantalla. No sabremos cómo este cerebral viaje, el de Lena hacia lo desconocido, continúa. El mensaje de Garland es que debemos ser pacientes. Desaprender del cine más actual que es gratificación constante a velocidades de vértigo. Y yo, comulgo con él. Al menos me queda el consuelo de que seguro que a más de uno, gracias a esta película, le ha picado el gusanillo de hacerse con las novelas. Y eso, ya es algo.

jueves, 8 de marzo de 2018

Tres animes alucinantes: Ancient Magus Bride, Darling in the Franxx y Welcome to the Ballroom.

Hoy os traigo tres series de anime actuales que me tienen flipado. Ancient Magus Bride, Darling in the Franxx y Welcome to the Ballroom. ¿No las conocías? ¿A qué esperas? ¡Dale al play!

domingo, 4 de marzo de 2018

DIRK GENTLY - Agencia de detectives holística

Douglas Adams escribió una vez una explicación detallada sobre cómo diferenciar un Viernes de un Huevo Frito. En inglés, un Friday de un Fried egg. Verídico.

Pues se parecen estos, lo mismo que las novelas del escritor británico se parecen a la serie del mas bien poco cuerdo Max Landis. Mientras las novelas se recrean en los acontecimientos y sus detalles, la serie viaja a velocidad de infarto con un espléndido tono de agitación que le hace gran favor a los personajes.

Esto es un poco Doctor Who meets Sherlock. Pero a la americana. No sé si me explico :D

Otra serie muy loca que lleva ya dos temporadas de 8 capítulos cada una, estrenadas en Netflix. Dado el éxito que tuvo la saga de los autoestopistas galácticos de Adams (15 millones de ejemplares vendidos de momento), es normal que los productores hurguen en sus creaciones para intentar encontrar más oro. Pues han dado con Dirk Gently y su agencia de detectives holística.

No es la primera vez que el personaje se lleva a otros medios. Ya pasó por la BBC radio y por una miniserie televisiva de la misma cadena británica. Ahora BBC américa y Netflix resucitan a Dirk.



Ahora bien, como he dicho antes, el personaje acaba de pasar por el filtro de la mente desquiciada de Max Landis, escritor y productor que le da a la serie un tono doctor who esco y muy loco. De hecho, Landis le ha dado la vuelta a la tortilla y se ha deshecho de todo cuanto el personaje de Adams tenía. Aquel tenía una agencia de detectives en gran bretaña. Este no tiene nada y está en EEUU. Y por eso funciona. Porque Landis ha creado un universo que encaja a la perfección con este personaje entusiasta y pueril que se mueve por el mundo resolviendo casos de forma holística, o sea, según le viene. Una cosa le lleva a la otra, otra a la de más allá… y se resuelve porque TODO ESTÁ CONECTADO. Y por eso lo maniaco, desorganizado y a veces incoherente de la serie es lo que me gusta, porque de algún modo y aunque no lo parezca, cada detalle forma parte de un plan maestro.

Dirk (en la piel del británico Samuel Barnett) es el producto de un oscura organización llamada Black Wing que experimenta con seres tan raros como él, cada uno con un nombre en clave. Por ejemplo, Dirk, que sigue el destino, es perseguido por una muchacha es una asesina holística, que va matando a quien se ponga por delante también porque el destino se lo pide. Hay humor, sangre, tiroteos… que también le sientan bien al personaje que ya digo que es bastante inocente, con lo que verle en estos sangrientos entuertos crea un efecto de lo más atractivo.

Y no nos olvidemos de Elijah Wood, interpretando a Todd, un botones que se encuentra, como casi todo en esta serie, por casualidad (o no) con Dirk y que se verá envuelto en su cruzada por desfacer misteriosos entuertos. De hecho, la oposición Todd y Dirk es de lo más divertido de la serie. La misma oposición que hay entre la asesina Bart y su secuestrado Bart, entre los cuales hay un curioso síndrome de estocolmo. O Amanda, la hermana de Todd y los Rowdy 3, que en realidad son 4, cuatro destructivos vándalos psíquicos…

En la primera temporada, asesinatos y viajes en el tiempo llevaran a nuestros personajes de un lado para otro. En la segunda, el caso va de magia, hechicería y mundos paralelos. Eso y ni un segundo de descanso.

Landis ha entendido bien, a su manera y a la americana, el concepto de Douglas Adams. Todo, el guion enrevesado, los personajes absurdos, las situaciones más inesperadas… todo es una gran broma. Y con esto en mente desarrolla más y más subtramas que al final se entretejen para formar una historia que se va resolviendo al final de cada temporada. Ahora, con la segunda a la espalda, además, los personajes han crecido y han evolucionado, preparandose para lo que está por venir.

jueves, 1 de marzo de 2018

THE TICK

Últimamente sigo cayendo en las redes de series originales de Amazon de esas que mis amigos dicen “no la vería nunca”. En este caso, conocía al personaje, la Garrapata, o The tick, por los comics creados por Ben Endlund con 18 añitos en 1986 (respondía el correo), por la serie de animación de los 90, que nunca me enganchó y por la sitcom de acción real de principios de los 2000 que nunca cuajó y no superó los 9 capítulos.

Aún y con ello, The Tick en su planteamiento de parodia del mundo superheroico, nunca me convenció (salvo por los comics). La serie de animación le dio fama al personaje, pero a mí me parecía lenta y sin gracia. Y la de acción real me resultó, extremadamente cutre para la época.

Sin embargo, le di mi voto de confianza a esta nueva iteración del personaje, a esta apuesta de Amazon Prime Video que también produce Endlund (y Barry Sonnenfeld)… y mira tú, me enganchó cosa mala. Tanto es así, que la serie se estrenó en agosto, pero sólo se lanzaron 6 capítulos de media hora cada uno y casi he sufrido hasta su conclusión con 6 nuevos episodios este pasado 23 de febrero. Por qué?

He ahí la cuestión. The Tick nos presenta en su nueva serie un universo muy interesante y la mar de divertido, pero lo hace bien, guardando un equilibrio entre realismo y absurdo, entre acción y humor que a mí me ha funcionado. Es un poco (aquí es donde me llueven golpes como panes) como Watchmen en el sentido de mostrarnos un mundo en el cual el ser humano coexiste con el superhéroe, para concretamente mostrarnos las imperfecciones de estos últimos pero con un giro tragicómico. Aquí, los que aparentemente parecen más débiles y ridículos puede que sean quienes acaben triunfando.



La premisa es la siguiente: Arthur Everest (Griffin Newman) es un joven contable traumatizado desde el momento en que, siendo niño, su padre fue aplastado frente a él por la nave de su super grupo favorito, los Bandera 5, mientras se enfrentaban a su archienemigo, el Terror. Los años han pasado y supuestamente el Terror falleció a manos del Superman de turno (superguay), pero Arthur tiene un runrun y lleva meses investigando porque cree que el Terror sigue vivo. El resto de su entorno, piensa que está chalado y de hecho, cuando se pone nervioso, tiene un tick. En medio de sus andanzas, aparece de repente un tipo enorme, azul, despistadísimo y ultrapoderoso, que no recuerda su pasado, llamado, precisamente the Tick (en español, la garrapata, en la piel del cómico Peter Serafinowic). The tick se empeña en seguir a Arthur allá donde vaya hasta al punto de que Arthur se plantea que sólo es un fragmento de su mente. Pronto descubre que quizás la garrapata no sea tan imaginaria como él cree. Mientras las desventuras de héroe y sidekick, llevan a Arthur a hacerse con un supertraje creado como arma por el ejército urmano. Y así, como un efecto dominó, la locura está servida. Entre medias tenemos a Dot, la hermana de Arthur (junto a él, la única con los pies en la tierra) a Overkill/Supermuerte, una suerte de Batman exageradísimo que busca acabar con el Terror por venganza y con cuyos crueles métodos la Garrrapata no comulga. A Danger Boat, el barco/IA con tendencias homosexuales de supermuerte… y así una suerte de héroes que también tienen su reflejo en los villanos, Miss Pelusa, La Pirámide y el Terror, arquetípico y paródico supervillano interpretado por Jackie Earl Haley. Además de un sin techo ingeniero, un hombre muy grande… y un científico minúsculo.

Como veis, una galería muy loca de personajes que, en los primeros 6 capítulos giran en torno a la creación del equipo Garrapata Arthur y en los seis últimos van moviendo poco a poco todas las piezas del tablero para llegar a la jugada final de los planes maestros y algo absurdos del Terror.

Para mí, ya digo, me ha gustado porque creo que tiene un equilibrio adecuado entre tensión, humor, absurdo y acción que hace que la trama se mueva y que vayas queriendo ver más de los personajes, tanto en sus facetas más personales como en las superheróicas. Visualmente, aunque algunos efectos pueden ser más de andar por casa, tiene una fotografía muy decente y poco típica de una sitcom de media hora.

Con tan pocos shows de humor de superhéores esta es la SERIE QUE EL MUNDO NECESITA.