lunes, 20 de octubre de 2014

Análisis: Annabelle

Annabelle es la precuela de Expediente Warren, también conocida como The Conjuring, la peli de terror dirigida por James Wan (director también de Insidious y su secuela), que tanto miedito nos dio el año pasado más o menos por estas fechas.

Esta nueva cinta esta centrada en la muñeca que conocimos brevemente en The Conjuring, Annabelle, pero ni de lejos funciona como lo hizo su predecesora. La razón? Básicamente la fórmula bajo la cual está construída la película: John Leonetti es el titiritero a los mandos del spin off… y se nota. Este hombre ha sido director de fotografía de Wan anteriormente, lo cual denota una cierta calidad visual, pero la dirección es la dirección. También el guionista es nuevo, Gary Dauberman.

Producto facilón e incluso de segunda clase, Annabelle bebe del éxito de su hermana mayor, pero olvida las claves del buen cine de terror que funciona en estos tiempos. Efectos de sonido extremadamente altos y algunos planos sorprendentes es poco más o menos todo lo que Annabelle puede ofrecer de cara a asustar a una audiencia que, pasados los primeros 20 minutos, es fácil que esté echando una cabezadita.

El guión nos presenta el origen de la muñeca Annabelle y el por qué de su posesión. Lo qué más aterroriza? Paradójicamente, lo aburrido de los diálogos y el pastoso ritmo de la historia que decae por momentos. De hecho, cuando ves Annabelle te preguntas cuándo va a llegar la acción, pues ni en los 10 últimos minutos de metraje se produce un aumento de la tensión como dios manda.

Los personajes, además, no funcionan para nada. Nos olvidamos de cualquiera de los individuos vistos en Expediente Warren (mal hecho, pues interesaba mucho más saber por qué esta pareja tenía la muñeca en su poder) y nos centramos en un nuevo matrimonio y su criaturita recién nacida, (todos ellos de corta y pega) sujetos a situaciones de corte satánico… pero de chicha y nabo. Casi toda la acción recae en, Annabelle Wallis, la madre (maaaal otra vez), el marido, Ward Horton, es un insulso personaje que ni cree a su mujer, ni la protege, la usa… y después tenemos otro par de secundarios patéticos, el párroco del barrio, Tony Amendola y la vecina librera Alfre Woodard, ambos dos también cuadriculados y metidos con calzador.

Topicazos por doquier, suelos resquebrajados, figuras desenfocadas que acechan tras los protagonistas…. todo son una serie de pequeños sustos, guiños a La semilla del Diablo y giros artificiales que, sumados a un reparto minimalista y poco prometedor hacen de la hora y 38 min de Annabelle una mala experiencia.

Terrorífica, pero en el sentido chungo de la palabra.


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